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Los incas, eran un grupo de guerreros que vivía al sur de Perú en la región de la sierra. Entre 1100 y 1300 D.C. se trasladaron hacia un fértil valle, Cusco, desde donde fueron invadiendo las tierras vecinas. Hacia 1500 habían cimentado un Imperio que incorporaba a la mayoría de las culturas de la zona y cuyos límites comprendían desde el sur de la actual Colombia hasta el centro de lo que hoy es Chile, además de Bolivia y el norte de Argentina; el límite oriental llegaba hasta el océano Pacífico.
La organización política estuvo a cargo del Inca o emperador, cuyo poder no tenía límites, ya que se le consideraba hijo del dios sol.
En la arquitectura moldearon y tallaron en gran escala edificios como el sagrado Templo del Sol en Cusco, y también realizaron muchas obras más pequeñas.





Realizaban artesanías en joyería y alfarería en plata o en oro, por ejemplo figuras del Inca o animales sagrados. Poseían creencias muy ligadas a la naturaleza Tanto como sus creencias en las piedras también creían que el uso de metales era un factor muy esencial.







El tejido era otro arte con mucho significado para los Incas. Al igual que su gobierno, los tejidos eran muy bien organizados. Usando diseños geométricos y colores brillantes como decoración, los tejidos valían mucho. Además, el comercio se basaba en el intercambio de tejidos. Algunos de los tejidos tenían marcado ciertos acontecimientos, los cuales se podía interpretar como una forma de escritura.





Este respeto por la piedra y sus poderes dio lugar a su dominio y pericia con la albañilería. Usaban piedras de tamaños enormes y las pegaban sin ningún pegamento para hacer paredes; la superficie era tallada lisa y sin ángulos rectos para que parecieran que estaban vivas. Esto se puede observar claramente en Machu Picchu.
Esta antigua ciudad está ubicada encima de un cerro de 2.438 metros de altura, y está prácticamente en la forma que estaba cuando vivían allí los Incas. Gracias a su altura y localización, los españoles nunca encontraron Machu Picchu.
Sorprendentemente, todavía se encuentran los templos con paredes grandes de granito, esculpidos artísticamente que demuestran la pericia de los Inca.




Otro ejemplo de la habilidad que tenían los Inca con piedras es Sacsahuaman. La antigua fortaleza en Cusco era posiblemente un almacén que contenía cosas como armas, ropa, y grandes cantidades de joyas, oro y plata. Es muy probable que tardaran varias generaciones en terminar esta colosal estructura que demuestra un trabajo muy delicado y fino de piedras en las paredes. La precisión usada para construir y poner forma a las piedras muestra la importancia de la fortaleza.


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